miércoles, 10 de octubre de 2012

IMA, ícono de las buenas tierras toledanas

Ir hasta las tierras de IMA, indiscutible despensa lechera toledana, genial y la invitación llega en un momento muy oportuno, por stress, agite de la ciudad, las muy altas temperaturas, en fin, como anillo al dedo, así fuera por algunas horas, la idea cae de maravilla.


Por eso no dudamos en acelerar algunos compromisos adquiridos y posponer otros más para decir si a la iniciativa de Eduardo Rico, que no se trataba de paseo, más si de mostrar nuevas y buenas realizaciones de la cooperativa COGANSONORTE, que dirige hace un buen tiempo.

Y mi presencia allí, sugiere la tarea de registrar para los medios el hecho, hablar un poco del tema solidario y desde luego aprovechar para regodear la vista con tan hermosos y variados paisajes de la región.

Luego del sosegado descanso en el cómodo hotel de “Chepe” en la calle real, buscamos el reconfortante cafecito mañanero, espero haya sido de Cafetol, que le muele buenos granos del especial Toledo.

En seguida y cámara en mano comienzo a otear el entorno, mirando sobre todo hacia el occidente la gran montaña, donde danza verticalmente la doncella de blanca cabellera, que a muchos aún nos embruja y a otros, nada les importa.
El cielo blanquecino en algunos lados, plomizo en los demás, para nada forja la idea de tiempo agradable, es más, con el chubasco de la madrugada, el presagio de más lluvia incomoda las ganas de viajar.

Una nubecillas blancas como copos de algodón arropan de momento la caída de agua, el viento suave las mueve lentamente y en pocos segundos queda desnuda la cascada, imponente, con gran caudal, claro por el invierno, pues en otra época un poco más calurosa, simplemente es un hilillo arrullando nostalgias de los años idos.

Ahora, al ver las fotografías y compararlas con las de otros tiempos, nos damos cuenta que la deforestación sigue su marcha irremediable, a simple vista se ven la heridas de la motosierra, el hacha y el machete o de la ignorancia y la codicia sin principios y valores de verdad.

La frontera agropecuaria en esos lares se sigue expandiendo como cáncer indestronable.

¿Qué pensarán al respecto los administradores del municipio vecino, los científicos de Corponor, los ambientalistas del lugar ?

De esa corriente de agua se surten los habitantes en el casco urbano y los de infinidad de veredas, también.

Ojalá el tema se torne de interés general, no se trata solo de la belleza natural de Siscatá, también salta su futuro como componente fundamental del recurso hídrico en el lugar.




EN LA RUTA HACIA IMA

Pronto nos acomodamos en la potente camioneta Toyota, necesaria desde todo punto de vista, ante las incomodidades de la destartalada vía, la misma que en su comienzo le dieron el nombre, muy sicalíptico por cierto, de penetración.

Desde luego  les hablo de aquellos años cuando a punta de pico y pala, infinidad de manos de toledanos comenzaron a quitarle arrogancia a esas lomas para abrir con Caminos Vecinales la vía Toledo – Román – Ima.

Ya en el camino nos dicen que no apresuremos la marcha, que hay trancón, que están desvarando el camioncito de la leche, el mismo que casi se va al abismo, tema relatado y mostrado en anterior nota.

Pronto llegamos al sitio, algunos carros y motos de lado y lado, esperando por supuesto, unos cuantos ayudando y enlodados hasta la coronilla y los otros mirando y opinando, como es habitual.

Esperamos algo así como una hora, tiempo suficiente para hacer algunas tomas, divisar el paisaje circundante, mirar hacia abajo el Jordán, las tierras de la Capilla, donde apareció según la leyenda La Morena.

Una vez superado ese escollo, avanzamos y nos deleitamos con los parajes de Capoalegre, Román y todos esos rincones poblados de color verde intenso con sus matas de café, yátago, guamos, caña panelera, esa que sirve para los más deliciosos alfandoques del mundo.

Pero la vía en muchos sitios es infame, las camionetas deben utilizar la doble tracción, se nota que ha llovido y el cielo sigue nublado, el astro rey definitivamente amaneció perezoso.

Seguimos ascendiendo, ya se ve la cuidada finca de Cifuentes y a lo lejos los primeros potreros de Ima, comentan que esos hermosos dominios aún son de los Daza y los Santos. Se ven muy bien acicalados, de eso no cabe duda.



Más tarde la Cordillera y a lo lejos la cúpula de la capilla, el lugar de  reunión, esperando que los invitados todavía estén en el lugar, pues ya son dos horas de retraso.

Por fin llegamos y si, por fortuna casi todos están ahí. Es un buen puñado de curtidos hombres de campo, deseosos de saber que es lo que trae don Eduardo.

Por mi parte confieso y así lo digo a quienes lo preguntan, que tardé más de cuatro décadas en volver a pisar esas tierras, a respirar ese aire, a fundir mi pensamiento con su paisaje y es una dicha, así lo reconozco.


La reunión se organiza con prisa, los asistentes se acomodan en el amplio recinto, un equipo de amplificación de sonido se enciende para no fatigar la voz, las pancartas de Cogansonote con  su misión y visión ondean en silencio pero orgullosas.

Afuera la tenue lluvia acaricia los verdes pastos con olor a anís, la matica está por todos lados, un perro ladra, una vaca brama, las gallinas cacarean, los pinos se mueven como en cámara lenta con la brisa fría que suave camina desde la montaña y a lo lejos algunos hilillos de humo azul van en busca del firmamento, señal inequívoca que ya casi es la hora del almuerzo.

De nuevo adentro, el conversatorio sigue su rumbo, ya el cuento de la biotecnología se comienza a entender, que lo del termo para las pajillas, que la inseminación, que el mejoramiento genético, que una mejor producción de leche hacia el futuro, copan la atención de los humildes pero a la vez ilustres invitados, asociados o no a la cooperativa.

Y más felices se ponen cuando Eduardo y otro miembro de la directiva les informan que esos elementos se quedan ahí para comenzar el trabajo, afortunadamente hay dentro del grupo gente preparada para hacerlo.

Es como la fábula de la lechera, aquella que en la escuela primaria nos enseñaron, pero esta es realidad y seguramente tendrá final feliz.

Al rato todos esos buenos campesinos se entusiasman mirando los folletos donde están las fotografías de los enormes, sanos y hermosos toros jersey, holstein, pardo suizo, de donde proviene el esperma que en menos de un año reportará sus primeros frutos.

Luego la charla se vuelve más informal, todos salen al camino y posan para las fotos del recuerdo. 

Ya comienza la tarde y un buen café caliente con delicioso queso alimentan cuerpo y alma.

Más tarde, en otra finca del lugar, pero con menos gente, pues muchos han regresado a sus parcelas, sigue el tema en el ambiente, hay mas preguntas y respuestas, surgen inquietudes, historias, gracejos y de pronto una pola para refrescar la garganta.

Por supuesto Johana hace parte del grupo, ella es la pilosa representante de la zona en el legislativo municipal y su trabajo es reconocido por unos y por otros. Ella, está haciendo muy bien la tarea.


EL REGRESO
Al caer la tarde nos disponemos al regreso, el sol tímido aparece a ratos por entre algunos recovecos de nubes, los terneros ya “achicados” se divierten corriendo en sus corrales, algunas aves revolotean, parecen gavilanes y hacen piruetas encima de los arrayanes.

Allá,  bien abajo se ve  el Margua cerca al cañón de la Peña de los Micos y un poco más arriba San Bernardo, por ahí a solo algunas cuadras las tierras de Juan Pérez, por allá El Palmar, Belchite, Samaria, en fin, por todos lados esas postales me inculcan que falta mucho tiempo y tierras para visitar.

Pero ante todo con esta correría, la sutil amalgama de paisajes y lugares, hace que los recuerdos se sigan agolpando en la mente, en el alma, en el corazón.

El azul cambiante de las montañas a lo lejos entusiasma la pupila, una libélula entra por la ventanilla de la camioneta, se posa en mi pantalón, me acompaña largo rato, le tomo algunas fotografías y le digo a Johana que es señal de buena suerte.

Finalmente se va oronda sin decir adiós, la libélula, desde luego.

Seguimos la ruta, es solitaria a esa hora, ya en algunas casitas la tenue luz de las bombillas ilumina el gris atardecer, al llegar a Román, la tierra del mejor alfandoque, reitero, a nivel mundial, hacemos una nueva parada, siempre hay alguien o algo para saludar.

Durante el resto del camino Eduardo habla de un bagre sudado y el apetito nos recuerda que aún no hemos almorzado, ya veremos entonces cuando lleguemos al poblado.

Y la amenaza se hace realidad, ahí en el restaurante de Pedro Cariño, donde nos sirven unas rodajas enormes del famoso pescado, les digo que parece brasilero, de la cuenca del Amazonas y de inmediato me corrigen,  es de los ríos de Arauca, donde aún hay suculentos ejemplares.

Lo cierto, es que estaba delicioso, con muy buena salsa. Lo recomiendo.

El grupo se va disgregando, luego quedamos unos pocos, hablamos de los positivo de la jornada, de la siguiente que tendrá lugar en Tapatá con los productores del lugar y todos esos deseos de lograr un gran sitial con la cooperativa, la única de ganaderos existente en Norte de Santander, que hoy con 17 años al servicio de sus asociados y la comunidad, ostenta un lugar de honor.

Además la marca Lácteos Toledo, que la misma produce, está bien posicionada y el número de litros del blanco alimento líquido que se comercializa y procesa a diario, es respetable.

Por eso todos los esfuerzos de seguir adelante, de modernizar, de entrar bien en el cuento, pues ahora con los TLC, los retos se multiplican y la competencia cada día se hace más fuerte.

Ojalá toda la comunidad toledana comience a ver bajo otra perspectiva el desarrollo de la cooperativa y su gran trabajo solidario, definitivamente un modelo que soluciona y sirve.

Finalmente y con la promesa de volver, ojalá con más tiempo, para seguir registrando y compartiendo temas como este, nos despedimos pues hay que madrugar para estar en Cúcuta muy temprano, otras responsabilidades y nuevos retos también allí nos esperan.





















Especial agradecimiento a ANGELMIRO GOMEZ "MIRO" de Teletoledo por su gran apoyo logístico para el factor video, que por igual pronto Ustedes tambien van a disfrutar en la web.

CRONICAS DE VIAJES A MI TIERRA
Por : CIRO ALFONSO CANO MORA
Miembro - Cofundador de C C P D
Corporación Colombiana de Periodismo Digital

martes, 9 de octubre de 2012

VIAS PARA SER COMPETITIVOS

En nuestro país bien sabemos que en materia de carreteras, la cuestión no tiene buena calificación, pues si las de primer orden en muchos lugares están colapsadas, las secundarias son intransitables en distintos sectores, entonces las terciarias si que llevan del bulto, como reclama el lenguaje popular.

Algunas veces por falta de mantenimiento preventivo, otras por la desidia o falta de recursos para el correctivo y algunas otras por las facturas inexcusables de la madre naturaleza con su cambio climático en todo su esplendor.

Pues bien, esos corredores terciarios en nuestro querido Toledo, sin duda son cuna de todos esos males y para la muestra estas gráficas que captamos en una breve visita a las pródigas tierras de IMA, donde el aire es limpio aún, las gentes cálidas y amables, los productos agrícolas o ganaderos de excelente calidad y el anhelo de tener una carretera decente, simplemente es un sueño que aún no tiene despertar.

Hay muchos tramos intransitables, faltan cunetas por todos lados, se ven escorrentías en distintos lugares, pequeños deslizamientos, huecos al por mayor, charcos inmisericordes y estrechas bancas que atentan contra el tranquilo tránsito, como el caso del camioncito que casi se va a un abismo (por lados de Sabanalarga) y que por fortuna luego de muchas horas de angustia pudo ser llevado a tierra firme con la ayuda de una "pajarita" y cualquier cantidad de voluntarios. 

Hay grandes esperanzas que una vez el infame invierno deje de azotar todas estas tierras, se gestionen los recursos necesarios para adecuar estas carreteras y caminos, pues como en Ima, hay otra infinidad de veredas que producen cualquier cantidad de productos de óptima calidad, que sin duda requieren vias adecuadas para llegar más fácil y a tiempo a los mercados de la región.

En la actualidad avanza la construcción de una placa huella desde Mónoga, eso está muy bien pero no es suficiente, todas las terciarias de nuestro municipio requieren atención y se necesitan en mejores condiciones, para darle rienda suelta a la perfecta y verdadera competitividad.